En comienzos del siglo XIX, Jacotot poponía nuevas lecciones ante la tarea del pedagogo, sobre la emancipación intelectual, en donde Ranciere y el autro mencionado, plantean la emancipación confrontada al embruteciminto que genera la educación basada en la supuesta incapacidad de los alumnos. Todos somos ignorantes, como uno puede llamarse maestro y enseñar lo que se piensa saber?, esta lección habla sobre la brecha entre dos ignorantes y la pasividad entre el ser alumno (como espectador) y maestro (como expositor).
Ranciere a partir de esta obra, desmitifica los roles asignados. Trata de encontrar la igualdad ante esta jerarquía, haciendo una revisión hacia los modos de operar dentro de las artes escénicas. A partir de los referentes Artaud y Brecht, donde el espectador debe pensar, sentir, hacer o digerir ante la obra que enfrenta y por el otro lado, el espectador debe dejar su involucramiento emocional para no perjudicar el sentido reflexivo, se pretender que el espectador deje su rol de pasivo para pasar a ser algo más, pero así de lo aleja de su libertad crítica.
Ranciere, piensa que es fundamental revisas estas formas que se llevan a cabo en las escenas de teatro, ya que hoy en día ¿qué rol está cumpliendo el espectador?
Esta idea de creer que la pasividad del espectador debe solo ser producto de la mirada está mal ejecutado hoy en día, lo embrutece, por estar sumergido en el espectáculo. Sin embargo, si la presencia del espectador no hay obra.
La esencia del espectáculo, se basa en un principio en donde más cotempla menos es.
Estamos sujetos a la falta de libertad, se decide por nosotros. Pero no es cambiar lo pasivo por lo activo, es ser ambos. Es reconocer la ignorancia para dejar de serla, es saber observar, seleccionar, comprarar e interpretar lo que está al frente para decidir y de que forma eso se relaciona con tu vida y tener una opinión ante ello. Según Ranciere, habla que la emancipación es eso, en eliminar el distanciamiento entre el que sabe y el que no, cuestionar la relación. Eso ayudará a asimiliar la realidad, no a través de un filtro en donde se cree que es la única verdad.
Ranciere habla sobre la libertad de la mirada, acudiendo a distintas disciplinas.
Tambien revisa por varias ideas, en su capítulo las paradojas del arte político, hay un intento por explicar las diferencias entre arte y política. Es evidente que no por mostrar las injusticias sociales se hace arte político: “el problema no concierne a la validez moral o política del mensaje .. concierne a ese dispositivo mismo” . Las formas de aparición pueden variar sin ser parte de la disciplina de lo “artistico”, pueden ser descontextualizadas.
En los 2 últimos capítulos habla sobre la imagen intolerable y la imagen pensativa.
El primero se cuestiona que imágenes son apropiadas para representar la crueldad y el horror?, genera complicidad de culpa con el espectador, donde instaura la oposición entre la prubea y testimonio apoyándose en que el testigo es aquel que no testimonia.
En el segundo, las imágenes aparecen como “zonas indeterminadas”, como nueva estrategia del arte que permite encontrar algo nuevo y extraño que desordena las lógicas dominantes.
Comentarios
Publicar un comentario